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Fauna del gimnasio

La vida de uno va discurriendo por senderos que en numerosas ocasiones no te esperas ni por asomo. Al igual que nunca pensé que vería Eurovisión, y con la de mañana ya van a ser dos las galas las que me trago, he terminado hace poco más de un mes apuntándome al gimnasio.

No voy a negar que ciertamente me venía haciendo falta ponerme en forma; mi antaño estilosa figura ha decaído un pelín de unos meses para acá, y además de cultivar la parte más frívola de mi personalidad siempre está aquello de la salud. Tan particular antro supone para la maruja que llevo dentro la alegría de poder observar el tipo de peña que va a estos sitios, básicamente:

- El grupito de cansinos del ejercicio: 4 o 5 colegas que hacen las máquinas juntos, no paran de enseñarse los músculos y se pican para ver quién es capaz de hacer más abdominales o levantar más kilos. Viendo el comportamiento de estos señores entiendes el tópico del gimnasio en el porno gay.

Curiosamente, al menos los cansinos que yo he visto, a pesar de estar bastante fuertes y atléticos su engreimiento es mayor que su masa muscular. De todas formas, a los mantas como yo no les prestan mucha atención, del mismo modo que tampoco le echan cuenta a los que están más en forma que ellos; supongo que a los primeros porque no suponemos una amenaza para su status y a los segundos por no estar cerca de alguien que les ha superado. O a lo mejor es que en el fondo son un poco gilipollas.

- La procesión va por dentro: estas personas son seres humanos normales y corrientes, incluso alguna vez tirando a feos, que cuando levantan una pesa o realizan una serie de repeticiones se convierten en bestias, desarrollando auténticas bolas de músculos por todo su cuerpo en milésimas de segundo. Son por norma general retraídos, y suelen ir solos o como mucho en pareja. En la ducha todavía no le he visto a nadie los pendientes reales, pero no me extrañaría que esta gente sintiera el frío del suelo.

- El abnegado atleta: me provocan una mezcla de choteo y compasión. Personas que a pesar de estar bastante apañadas físicamente hablando encuentran cualquier cosa que no le gusta en su cuerpo (no sé por qué suele tener que ver siempre con la musculatura de las extremidades inferiores o el culo) y dedican el 90% de su tiempo en intentar pulir el defecto. Por desgracia la suerte no suele estar de su lado y terminan sus días de ejercicio con el síndrome Super Ratón: pecho palomo y piernas de bailarina.

- Novato: aquí estoy yo. Se nos nota que acabamos de empezar porque miramos a todos lados con timidez, incluso los que somos extrovertidos, estamos constantemente preguntándole al dueño del gimnasio qué coño hacemos, no manejamos bien las máquinas y aún nos miramos con recelo en el espejo. Desconozco el factor que hace que algunos nos quedemos y otros huyan despavoridos.

- Narciso: caballero o señorita que realiza todos sus ejercicios delante de un espejo, mirando atentamente cómo suben y bajan sus músculos con el esfuerzo y procurando sudar lo suficiente para demostrar que han estado moldeando su cuerpo pero no lo bastante como para estropear su ropa de deporte nueva. Algunos cansinos son claramente narcisos cuando se quedan solos.

- Conan jubilado: ancianos que a pesar de salir del recinto con bastón tienen la pierna del grosor de mi pecho. Su máquina predilecta es la bici, en la que se pueden pasar horas sin apenas acelerársele el pulso. Una vez vi a un viejales pedaleando como un descosido con un cigarrillo de plástico para dejar de fumar en la boca. Eso, encima recochineo.

Al final, me he dado cuenta de que el ser humano tiene las mismas tonterías en todos los sitios. Pero oye, me estoy poniendo fuertecito. Y además me echo unas risas.

 

Da igual cómo sea, siempre huele a plástico mezclado con sudor y lejía o algo así

La potra llega cuando quiere, la cabrona

No soy precisamente un ganador en lo que se refiere a juegos de azar, tómbolas, sorteos, cupones y demás; aparte de que no suelo participar en ese tipo de cosas, factor crítico en esas historias, las veces que por lo que sea lo he hecho me he quedado con dos palmos de narices. Sin embargo, anoche la puta suerte se rió un poco a mi costa, y me explico.

Cristina y yo fuimos a una fiesta de Iron Maiden, como promoción de su presencia en el festival Via de la Plata que se celebra el 11 de julio en Mérida, y en el que los acompañaran Slayer (dilato solo de pensarlo), Barón Rojo, la hija de Steve Harris Lauren Harris, Avenged Sevenfold, Rose Tattoo y Iced Earth (también me apetece tela verlos). Durante la fiesta se iban a regalar pósters firmados por los Maiden, deuvederes del Live After Death e incluso alguna que otra entrada para el festival. Mi novia y yo ya tenemos nuestros tickets del concierto hace un par de meses, así que si fuimos fue por ver a la peña, que sabíamos de buena tinta que iban a acudir en masa al evento, y también y por qué no decirlo por si caía casualmente alguno de los otros obsequios que Rafa Basa, el organizador del chanchullo en sí, estaba dispuesto a repartir alegremente.

Llegamos al sitio y después de la actuación de un grupo tributo a The Cult, tributo que estuvo bastante bien, aquelló empezó, con el Live After Death proyectado en la pared todo el rato y con banda sonora de heavy metal, mucha Doncella de Hierro evidentemente pero también más cosillas, que no es cosa de ser cansinos (aunque por allí había peña que como he escuchado decir, parece que no les gusta el heavy metal sino Iron Maiden). El sorteo de los regalillos fue típico: hacías una consumición y te daban un resguardo con un número, de vez en cuando el Basa decía alguna cifra y allí veías a la gente mirando a contraluz su papelito para ver si se había llevado algo.

La primera consumición que hicimos nos dio los números 169 y 170, y el primer número que dijo Rafa Basa estaba por debajo de los nuestros. Cuando de repente pasó al 300 y pico nos dimos cuenta de que no ibamos a comernos mucho en el sorteo de los cojones. La cosa siguió subiendo de números, y cuando pedimos la siguiente ronda y nos dieron los 400 y algo, el colega pasó a enumerar del 500 para arriba; ahí lo vimos claro y desistimos de pedir nada, además de porque no teníamos ganas porque conocemos nuestra suerte limitadísima. Proseguía la velada y de vez en cuando alguien subía a la plataforma donde el amigo Basa estaba pinchando música para recoger su regalo, que alguna que otra vez fue una entrada. Evidentemente los pósters y los dvd se agotaban a marchas forzadas, por lo que aún veíamos más difícil pillarnos uno. Pues bien, ahora es cuanto se da una sucesión de acontecimientos que dieron lugar a la coña marinera.

Con eso de coger el coche ya apenas bebo alcohol, pero ayer Cris llevaba el suyo y pude tomarme una cervecita y todo. El caso es que viendo que los heavys se piraban y que allí estaba todo el pescado vendido, quedamos en irnos; antes de largarnos me quise pedir un cubata. No tenía ganas de refresco, ni de birra, mis venas ansiaban un cubalibre. Remarco esto porque si no fuera por el Ballantines con cola que me casqué seguramente no podría estar contando esta historia, pues lo mismo hasta nos hubieramos ido antes. Total, que con la bebida me largan el consabido número para el sorteo, el 847 en este caso. Se venía anunciando hace un rato por altavoces que se iba a rifar en breve la última entrada del día, y me había pasado pensando desde que me terminé el pelotazo que si me tocase parecería de broma. En estas cavilaciones Cristina me conminó a que esperasemos a el sorteo de la última entrada y nos fueramos. Expectación, Basa se hace esperar...¡puede recoger su entrada el 847!

Me entró la risa. Es mi número, le dije a mi novia. No se lo creía hasta que lo vio con sus propios ojos. Subimos para recogerla y no la podíamos cambiar por otra cosa (recuerdo que ya teníamos la nuestra comprada hace tiempo, somos buenas personas pero no gilipollas), ya que todo el material promocional se había agotado. Así que nada, en el Via de la Plata me paso por taquilla a recogerla y a ver si puedo endilgársela a alguien, porque es una pena desperdiciar un concierto así. ¿Me habría tocado si no hubiese tenido entrada? Yo creo que no. Ya os digo, para una vez que tengo potra en un sorteo... como decía Cris, esto se lo contaremos a nuestros nietos, pero antes a vosostros. ¿Os ha pasado algo así alguna vez? Por un lado mola pero no me digáis que por otro no jode un huevo.

En fin, si nos da algún día por echar los papeles para un sorteo de VPO y nos vuelve a vacilar la suerte, os prometo que en esa ocasión no doy el ticket.

Estoy por echar una sin dobles ni nada

Hallazgo musical en concierto

El pasado sábado 10 de mayo sentimos nuevamente Cristina y yo la llamada del metal, que nos congregaba en una sala de conciertos de la ciudad (la Sala Q, recinto que hace poco anunció su cierre por problemas de financión y que de momento, tras ciertas negociaciones con el ayuntamiento que según parece les debía pasta, ha dejado indeterminada su clausura) para asistir a la gira de 25 aniversario de los polacos deathmetaleros Vader.

Si bien a mi novia le mola el rollo extremo, sobre todo las sonoridades más afines al black metal o al death melódico sueco de mediados de los 90 (At The Gates, Dartk Tranquility y cía.), no se puede decir que sea una amante a muerte del metal más cafre como es mi caso; de todos modos es alguien que no dice que algo le gusta o no hasta que lo escucha, por lo que tuvo a bien acompañarme; además le comenté que quizá la propuesta de uno de los grupos teloneros, los griegos Septicflesh, podían atraerla por aquello de que su death metal no era al uso, y si bien no podía decirse que yo fuera el mayor fan de la banda había oído alguno de sus discos por encima y me había resultado interesante las atmósferas que conseguían imprimir a su música, que junto a una variedad musical con la base del metal extremo podía llegar a molarle bastante.

 

At The Gates. La cara no se les ha alegrado hasta ahora, que han cobrado vete tú a saber por reunirse. Ole sus huevos, por supuesto

 

Entramos un pelín tarde en la sala, por lo que del primer grupo, blackmetaleros llamados Inactive Messiah sólo pudimos oír un par de temas, que no nos parecieron mal. Tras ellos, el grupo de nuevo cuño Devian se subió al escenario presentando su último disco; destacable es que dos de sus componentes, entre ellos el vocalista, hayan militado en su momento en Marduk, proyecto muy apreciado entre los amantes de la brutalidad metalera. A destacar el cantante, que aunque daba todo lo que podía iba un poco corto en voz el muchacho. Igual en su tierra Suecia no hay Lizipaina, o es que el hombre anda un poco cascado. De todas formas musicalmente la mezcla de black/death no estuvo mal, y como digo dieron lo que pudieron, cosa que está bonita.

La sorpresa llegó con los Septicflesh de marras. Si digo que sonaron mejor que en disco, más directos, compactos a tope y brutales me quedo corto. Como me decía un colega, es de coña que en la sala, en la que hay varios técnicos de sonido, haya veces que sonando un solo canal ni siquiera se oiga, y llegue un solo tío y haga que eso se escuche como nosotros escuchamos aquello. Pero bueno, no me meto tampoco con los chavales.

 

Foto promocional de Septicflesh. Salen tetas. ¿Qué más queréis?

 

Cambios de ritmo, caña burra, partes lentas de ponerte los pelos de punta, atmósferas increíbles...como que en cuanto acabaron su actuación, Cris y yo nos lanzamos de cabeza cual groupies enfervorecidas a por una camiseta del grupo, que ya habíamos visto cuando entramos y que a pesar de gustarnos un taco su diseño, decidimos escuchar lo que Septicflesh nos ofrecían, y nos ofrecieron uno de los mejores directos que hemos tenido la suerte de presenciar. Yo, como sibarita que soy, me agencié su último trabajo, Communion que vendían allí mismo en edición digipack, con diseños interiores iguales a nuestras camisetas. Si entrais en la web del grupo os cagaréis y os revolcaréis en vuestras heces ante tamaño despliegue de buen hacer. Me emociono tanto que suelto estas barbaridades, comprendedme.

Vader también se portaron y con creces, sonando rotundísimos y dando cera por doquier (acabaron el show con su sempiterna versión del Raining Blood de Slayer, comodín de cara a la audiencia) pero además de que ya los había visto antes el cansacio acumulado de la semana hizo que durante su actuación estuviera un pelín distraido. Mi novia se dio cuenta de que los Septicflesh andaban cerca de nosotros y me animó (incluso yo tengo mis momentos de timidez) para acercarme a su vocalista/bajista para que nos firmase las entradas y el cd, cosa que el colega hizo sin pensar. Es más, no tenía yo boli y el griego se puso a buscarme uno. Eso díselo a alguno que yo me sé, que está empezando en esto, y te manda a tomar por donde se empiezan los cestillos.

 

Estos son Vader. Algún pelo fijo que se le metería en la boca en esa sesión de fotos, y no me malinterpretéis

 

Esta semana me empapado un poco la discografía de Septicflesh y debo decir que me han seguido flipando. Es por ello que os recomendamos encarecidamente que si no os importa oír voces guturales, e incluso sin atraeros demasiado el metal extremo, escuchéis al grupo, especialmente sus dos últimos discos, Communion y Sumerian Daemons, porque estoy seguro de que os gustarán como a nosotros. Si encima podéis verlos en directo, os pediría que os llevaráis papel higiénico por si se os escapa. No es coña.

A los extremos se los conquista por el estómago

Mi amor al death metal no es cosa nueva: puede que aún no lo hubiera dicho directamente pero se me ve el plumero en muchos de los anteriores artículos. El cariño que profeso a la chunguez extrema y el pajerismo tortuoso, tanto el relacionado con Onán como el que tiene que ver con lo zetoso y lo bizarro es también de sobra conocido. En este post, una vez más vamos a unir la paja y el metal, cual Nikki Six en horas bajas.

Entre las muchas cosas que hacen al death grandioso a la par que tachado de ruido por el oyente poco experimentado en la extremitud metalera son sus vocalistas. Llevando su diafragma hasta el límite, estos entrañables seres humanos son capaces de transmitirnos la oscuridad, la podedumbre y el hedor con el que pretenden llenar sus composiciones (cualquier día me fichan en RafaBasa), usando la técnica de canto que en inglés se llama growl y en idioma patrio se denomina gutural. Nuestra intención hoy es dar un repaso a distintos tipos de growls para que veáis a donde puede llegar la ignominia de las bandas de metal extremo y de los fans, y de paso tener material para mandar e-mails en el curro, que el correo aquel de las universitarias en pelotas está un poco visto. Empieza nuestro paseo por la sordidez death.

Growls básicos

He decidido bautizar así a los guturales de las bandas con sonido más clásico, en los que el estómago del cantante realiza un menor esfuerzo y que están más proximos a un gruñido que a otra cosa. Incluso si ponéis atención se pueden entender las letras, aunque tampoco os esperéis en la mayoría de los casos las obras completas de Valle-Inclán.

 

Este tema de arriba se llama Severed Survival y es de Autopsy, pioneros en esto del death metal. Lo que se ve en el video es la hermosísima portada de su primer álbum, llamado como el tema que os he puesto; la tapa se censuró en su día y fue sustituída por otra.

 

Otros de los papis del género, Chuck Schuldiner y sus Death. El otro día en un concierto un grupo de aquí versionó este track, llamado Zombie Ritual, y me pareció sentir que me meaba encima.

 

Napalm Death, Suffer The Children. La pixelación del video venía de regalo.

 

Mi exponente preferido de lo que es el death metal primigenio en cuanto a voces. Obituary, con un vocalista que merece una plaza con su nombre: John Tardy. El pelazo que siempre ha lucido lo hacen más querible si cabe. Este bello himno responde al nombre de Turned Inside Out.

 

Growls oscuros

En este caso nos referimos a guturales más cavernosos, en los que su perpetrador siente el poder del metal trabajando en su abdomen. Idóneos para transmitir oscuridad o acidez de estómago.

 

Bloodbath, supergrupo sueco en el que, entre otros, militó cuando se grabó este Bathe In Blood el para mí mejor gutural oscuro y cavernoso del extremo, Mikael Akerfeldt de Opeth. A-co-jo-nan-te.

 

Polonia es actualmente el país más fuerte en cuanto a metal extremo se refiere, y uno de sus máximos exponentes son Vader, a los que por cierto esta tarde vamos a ver Cris y yo junto a otros bellos grupos. El caso es que Shadowfear, que así se llama esta canción, en directo es una tonadilla grandiosa, os lo digo yo que ya vi al grupo una vez. La cansinez metalhead es lo que tiene.

 

Guturales muralla de sonido

Así llamo yo a el sonido que se hace tan cavernoso que no es más que una especie de rumor por encima de las guitarras. Os pongo el que creo que es más representativo.

 

Uno de esos grupos que conoce la gente que no escucha metal extremo. Los Cannibal Corpse hasta salieron en Ace Ventura , porque por lo visto le molaban taco al Carrey. El vocalista que grabó esta canción, titulada Hammer Smashed Face (poesía pura) está actualmente en la banda Six Feet Under, que por cierto versionó el Back In Black de AcDc enterico, y es conocido por su activismo a favor de la legalización de la marihuana. Sabiendo esto más de uno seguro que le encuentra explicación a que berree así.

 

Empieza la cerdización

Ahora comienza la auténtica coña marinera de todo esto. Si habeís sido capaces de tragaros lo anterior sin haceros mucha gracia el género, desde aquí mi aplauso y mi ánimo para seguir adelante porque lo que viene os va a molar. Fijándoos bien, en el tema anterior y sobre todo al final de algunas frases os habréis fijado que la voz de Chris Barnes parecía convertirse en una especie de gruñido, como el sonido de un cerdo. Pues bien, en algunos casos ese puerco interior se hace más patente si cabe:

 

En España también se hace death, y Avulsed son uno de los grupos más conocidos fuera de nuestras fronteras. ¿Notan como al final de las frases, hace acto de presencia un cerdo al micrófono? Enorme. Por cierto, el directo de esta gente mola un cojón.

 

Severe Torture vienen de Holanda, en directo no están nada mal y su vocalista es buena gente. De nuevo nos encontramos con que el cerdismo empieza a hacer acto de presencia otra vez. Decree Of Darkness se llama esta pista, por si os da por bajárosla.

 

Un cerdo en la mesa de mezclas

Finalmente, llegamos al culmen del growl. Algunas veces, los vocalistas en este nivel se ayudan de pedales para conseguir un sonido más cerdo si cabe, pero en muchos casos las propias bandas aseguran que sus cantantes no precisan de ningún efecto adicional para conseguir alcanzar estas cotas de guarreo. Yo sobre eso no me pronuncio y dejo siempre el beneficio de la duda ante estos cerdos cantantes.

De un tiempo a esta parte esta forma de gutural impera mucho en el brutal death y el grind procedentes sobre todo de Usa, por lo que no va a ser difícil poneros ejemplos.

 

Death técnico con voz de gorrino, y encima toca la guitarra. Los Iniquity me caen bien, y no son americanos sino daneses. Uno de mis temas favoritos de los muchachos estos es precisamente el que os he puesto, The Bullet’s Breath.

 

Los alicantinos Tu Carne demuestran que no hace falta ser del país de las barras y estrellas para hacer goregrind poderoso. Ya os lo dije arriba, ¿usan pedal para sonar a cerdo? Lo dejo a vuestro criterio. La canción se llama Ladrón De Cadáveres. Amor y buen rollismo a raudales.

 

Un buen exponente del brutal death americano, Deeds Of Flesh y su Cleansed By Fire. Y parece ser que si la técnica se hace bien, ni duele la garganta ni nada. Eso sí, en invierno una rebequita tendrán que ponerse, no vaya a ser que cojan frío.

Para finalizar, quiero dejar aparte a tres vocalistas que son todavía un más allá de sus compañeros, cantantes que os harán preguntaros hasta dónde llega la capacidad humana, o al menos os harán exclamar: pero qué coñ...

 

Devourment es el grupo. Festering Vomitous Mass es el tema. Del vocalista, hablad vosotros.

 

El cantante de Brodequin me encanta porque sólo se escucha una especie de corriente de aire salida de su cuerpo. Muchas de las letras de este grupo hablan de tortura medieval, y desde luego para algunos oírles se asemeja mucho a eso. Por si queréis meter el tema en el iPod se llama Slaves To The Pyre.

Y lo más chungo y a la vez la cumbre de todo, es esto:

 

Arriba os dije que muchos de estos grupos aseguran que sus vocalistas no usan efectos para su voz, y Demilich incluso lo pusieron en la portada de este álbum, que es la que se ve en el video por cierto. A esto lo llamo yo, en una de mis ingeniosas y espontáneas sinapsis neuronales, sonido de cisterna de váter. Pero es que me pone hasta cachondo. Esta canción viene en su hasta ahora único disco, titulado Nespithe, y se llama The Sixteenth Six-Tooth Son Of Fourteen Four-Region.

Quizá este viaje por la cafrería vocal metálica no haga sino alejaros definitivamente de lo extremo, pero con él sólo quería mostraros como ya dije hasta dónde puede llegar la chunguez de la especie humana. Si en el fondo os ha molado y todo...

 

 

 

 

 

 

 

 

 

I Aniversario

 

Pues sí, parece mentira pero hace ya un añito que tenemos el blog en pie. Una bitácora que empezó como un simple rincón personal y si bien a día de hoy en el fondo no es más que eso, se ha hecho un poquito más grande gracias a los que nos leéis.

Quisiera agradeceros vuestro apoyo y vuestras visitas, ya que como digo no sois sino vosotros los que habéis conseguido que este weblog sea algo más que un simple diario personal. Además de contribuir con vuestra lectura al enrriquecimiento de este sitio hemos podido conocer otros blogs afines al nuestro, que leemos con cariño y de los cuales aprendemos para construir un sitio que nos mole a todos.

Hemos hablado de muchas cosas, y bien sabéis que alguna que otra ocasión esto ha decaído un poco, pero espero que a partir de ahora y al ritmo que se tercie podamos seguiros ofreciendo contenidos que si bien probablemente no tengan a mi juicio la calidad, sapiencia o trabajo de otros lugares, al menos serán cosillas para pasarlo bien leyéndolas. De momento tengo alguna idea para artículos futuros, pero siempre digo que esto lo hacemos entre todos y las sugerencias siempre son bienvenidas.

Sin más, os emplazo a las próximas actualizaciones de este blog que se va haciendo mayor, pero al que aún le queda mucho que decir. Abrazos to everybody, recordad que este espacio de cachondeo y reflexión sigue abierto y como ya dijimos en el post anterior, estamos aquí para pasarlo de puta madre.

Una casualidad de esas que molan

Ya lo dije en el artículo anterior: el amor por el bizarrismo y la paja hace que se den coincidencias que de otro modo sería prácticamente imposible que sucedieran.

No hace mucho, por petición popular subimos un post sobre portadas chungas de metal. Amén de otras cuantas que comentamos y que fueron de vuestro agrado, había una particularmente querida por mí, que no es otra que aquella en la que salía Carlos Villagrán, Quico en El Chavo del Ocho, con dos cuernos en la cabeza e inflando los mofletes sobre un fondo de llamas. Ya dije que si me inclino ante algo así es porque hay que tener mucho sentido del humor y un buen par de gónadas para hacer una tapa de esas características, y que me encantaría haber felicitado al autor de tal imagen.

Pues bien, resulta que hace muy poco el perpetrador de la misma se encontró nuestro blog por casualidad, y nos contaba que le había encantado la bitácora en general y el artículo de las portadas en particular, sobre todo cuando hablaba de la suya. En los comentarios del artículo de las portadas (aquí lo enlazo otra vez, por si la gañanería y la vagueza os impide leer un poco más arriba) nos explicaba cómo creó tal obra de ingenio, y de paso nos dejaba su web para ver más diseños suyos, un pelín más serios todos ellos que la imagen de marras, además de recomendarnos su banda y la banda para la que creó la imagen, a quienes como bien le dije a nuestro amigo me hubiera encantado haber visto la cara que pusieron al encontrarse con lo que su compi les había preparado para ilustrar su álbum.

Muchísimas gracias por la visita Daniel. Cosas como esta son las que a uno le animan a seguir contandoos tontás, que al fin y al cabo estamos aquí para pasarlo de puta madre.

Subcultura cultural

 

Para volver a la palestra os traigo un artículo en el que intentaré exponer dentro de mis limitados conocimientos sobre el tema mi humilde opinión acerca de un aspecto de lo que en El Blog Ausente se nombra tan para mí acertada y deliciosamente como subcultura pop de derribo.

 

Ayer Cristina y yo teníamos día peliculero, en el que se coló el film Operación Dragón (Enter The Dragon en la versión original), segunda película cronológicamente hablando de ese icono del cine que es Bruce Lee. A estas alturas reconozco que no había visto la cinta todavía, y aunque mi novia ya había visto su filmografía hace un tiempo no se acordaba del todo; podemos decir por tanto que nos enfrentábamos a la peli por primera vez, con todo lo que eso conlleva: mayor capacidad de asombro. un interés sustancialmente distinto al que puede haber en revisiones posteriores y un visionado más atento para no perder detalle.

 

 

Todo esto propició a que diseccionaramos Operación Dragón lo mejor que pudimos, llegando a conclusiones que poco más tarde se verían, al menos para el que suscribe, confirmadas. Porque en una de esas casualidades que tan a menudo se dan cuando uno es un pajero cultural fue sacar el dvd del reproductor y encontrarnos con que en Cuatro estaban poniendo El Super Chef de nuestro amigo Jackie Chan; la feliz coincidencia como digo nos permitió que el tragarnos ésta última también nos dimos cuenta de que nuestras teorías eran ciertas.

 

Los films de Bruce Lee, como la totalidad de productos culturales que uno pueda echarse a la cara, tienen una serie de lecturas por las que pueden medirse las películas en cuestión. En este caso, dejando aparte las historias principales de las cintas, estéticas de cada director, actores y escenarios particulares (que curiosamente en muchos casos se repiten si no absolutamente iguales, sí en una especie de déjà vu) y otros factores podemos decir que la filmografía de Lee, aunque corta, comparte en cada una de las películas que la constituyen una serie de características que sirven para enviar un mensaje al espectador, una concepción vital sutilmente (o no según la peli) camuflada tras el guión central, y que reflejan al fin y al cabo la manera de entender el mundo de los creadores de dichas cintas.

 

 

Bruce Lee siempre representa en sus películas a alquien que no entra en la historia voluntariamente sino que se ve envuelto en ella, normalmente por motivos familiares. En Operación Dragón Lee es el alumno destacado en un templo Shaolin, que debe participar a petición de la policía en un torneo de lucha organizado por quien según su maestro deshonró las enseñanzas de los monjes; su participación en el evento se verá doblemente justificada por la necesidad de vengar a su hermana que, como sabrá algo más tarde, fue perseguida por los secuaces del villano con la intención de propasarse con ella, por lo que se vio obligada a suicidarse antes de perder su honra. Aquí encontramos otro factor recurrente en los films de nuestro querido chino: el honor como uno de los bienes supremos de la persona, honor que se refleja igualmente en la manera en la que Bruce intentará siempre llegar a cualquier solución antes de tener que luchar; por ello, no alzará su puño contra nadie hasta que no hay más remedio, llegando en Enter The Dragon a pedirle perdón a su hermana en una visita a su tumba por usar lo que ella le había enseñado para tomarse la justicia por su mano.

 

El echo de que todos sus personajes vayan casi siempre vestidos a la manera tradicional china, al igual que la práctica totalidad de “los buenos” de sus films, y que los menos buenos vistan casi siempre a la manera occidental y hayan occidentalizado sus costumbres no es casual: debajo de las muchísimas capas de estas películas lo que podemos ver en realidad es un alegato a favor de la tradición de China y una desconfianza hacia lo occidental, fundamentada en su mayor parte en los negocios sucios, sobre todo de drogas, tan proclives en nuestra civilización. En las pelis de Bruce Lee él no bebe, al revés que sus borrachuzos adversarios, y si lo hace las consecuencias son desastrosas y su arrepentimiento al día siguiente mucho más pesado que la resaca. En las pelis de Bruce Lee éste respeta a las féminas escrupulosamente, féminas que de nuevo presentan a través de su vestuario la visión particular del mundo de los chinos artífices de estas pelis: las niñas malas llevan vestidos de moda en occidente, al igual que las ovejas descarriadas del rebaño; por contra las chicas buenas, no por casualidad siempre chinas, llevan bien vestidos clásicos de su cultura o bien ropa occidental pero infinítamente más recatada que sus compañeras perversas en pantalla.

 

Todo esto, que parece comportar al fin y al cabo una serie de rasgos particulares de una serie limitada de películas, con sus autores precisos en cada caso, se convierte sin embargo en un patrón que se repite en otros artistas. De ahí a que lo de encontrarse con una de Jackie Chan fuese buena cosa, pues nos dimos cuenta de que no ibamos desencaminados en nuestras ideas. Pues en los trabajos de Chan volvemos a encontraros en mayor o menor medida, y dejando aparte otras cuestiones de estilo (tenía que decirlo: la escena de El Super Chef en la que -SPOILER- Jackie Chan derriba con un camión la residencia de uno de los malos -FIN DEL SPOILER- tiene un abuso de cámaras lentas y de montaje epiléptico que, aunque está presente todo el tiempo, en esos 10-15 minutos te acojona y te cabrea), la misma manera de ver las cosas que Lee y cía. tenían hace ya 30 años. Jackie ya no viste a la manera tradicional china (o al menos en sus películas más internacionales, ya que por lo que he podido ver en carátulas de filmes suyos más antiguos sí que respetaba la tradición de su país), pero sí que va mucho más sencillamente vestido que a los tipos a los que se tiene que enfrentar, muy proclives casi siempre a vestir con traje y a las excentricidades varias, que chocan con la sobriedad china del protagonista; decía que es cierto que Chan ya no viste a lo chino, mas el resto de cosas de las que el maestro Lee hacía gala siguen ahí, de una forma u otra: Chan nunca pelea si no es estricta y desgraciadamente necesario, siempre se mete en líos sin quererlo (llegando incluso en este film a involucrarse en todo el berenjenal simple y literalmente porque pasaba por allí), huye del alcohol y los excesos, de nuevo con pésimos resultados si sucumbe a la tentación, y de nuevo es Jackie Chan el protector del honor más puro.

 

 

No estoy seguro de que lo sepan los directores y guionistas de las películas de Chan pues sospecho que si usan estos recursos es porque son típicos y tópicos, pero la reflexión que hago es que lo que nos muestran las similitudes entre éstas y las de Bruce Lee, aparte de que puede que confirmen la afirmación de algunos de que Jackie Chan es el más digno sucesor, que no clon, de Lee es que en la subcultura (y particularmente pienso que Jackie Chan, por mucho dinero y público que tengan sus producciones, no es otra cosa que un mito moderno de la serie b o, si lo preferís, de entretenimiento) mucho más especialmente que en cualquier otra expresión artística la idiosincrasia, el carácter, la educación; el contexto cultural y social al fin y al cabo son el armazón sobre el que se cimentan sus obras. Por eso, y no pretendo comparar, los trabajos de Rob Zombie, de Mario Bava, de Fulci, de Ze do Caixao, de tantísimos otros creadores que todos conocemos encierran bajo su piel conceptos, ideas, teorías y maneras de entender las cosas que las convierten en parte de la cultura popular tan válidas como un cuadro o un libro.

 

Estoy convencido de que este tema se ha tratado más y mejor en otros sitios (de nuevo me pongo cansino: leeros si podéis Mondo Macabro, un manual imprescindible para el pajero cinéfilo), pero no es hasta que lo constatas por experiencia directa cuando llegas a entender que en el fondo, teoría particular mía que he visto respaldada implícita o explícitamente en foros y blogs de toda índole. Eso que le robo arriba a absence de subcultura pop de derribo es en ocasiones el más fiel reflejo de los rasgos y la cultura de una sociedad. Y bueno, que regresar con vosotros hablando de pelis de hostias está de puta madre.

 

El Super Chef era originalmente Mr. Nice Guy, de ahí a esta imagen

 

 

Las cosas de palacio van despacio

Si a estas alturas nos sigue leyendo alguien, se habrá dado cuenta de que la bitácora vuelve a estar parada. Ya os comenté hace un par de artículos que lo tenemos un poco difícil para mantener el ritmo que teníamos antes, y la cosa parece que no ha cambiado mucho.

Hablando por mí os diré que últimamente no tengo muchas ganas de bloguear. Por un lado, aunque mi naturaleza es vaga de por sí hay rachas en los que la pereza se potencia hasta cotas insospechadas, en las que dejo más bien aparcados algunas cosillas que tenga por ahí, entre ellas el blog. Por otra parte, si bien se me ocurren temas sobre los que contaros algo, cuando me enfrento a la famosa hoja en blanco me bloqueo. Curiosamente, a lo largo del día tengo el esquema de los artículos en la cabeza, incluso a veces se me ocurre qué fotos y de qué textos pueden ir acompañadas éstas, pero es llegar después del trabajo a casa e invadirme la desgana.

Os confesaré también algo: me da la sensación en otros momentos de que las chuflerías que se me ocurren para poner aquí no tienen mucho sentido, o directamente no merecen la pena. Me doy paseos por otros blogs amigos y veo que siguen subiendo posts de calidad y en cantidad; ésto me alegra pero a la vez me da qué pensar, en plan: ¿qué coño voy a decir yo, habiendo otros tantos y mejores artículos que los míos?

Me da mucha cosica tener el blog así, porque es una de esas tonterías que me hace mucha ilusión. Si alguien quiere aportar algo, se lo agradecería muchísimo. Hasta espero que pronto.