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10cc de diversión

Pretendemos a partir de ahora ir subiendo con la mayor frecuencia posible pequeños post o micro-artículos, que mantengan viva la bitácora y permitan un respiro entre rollo y rollo de los que soltamos por aquí.

Ya hace unos días les dejaba un postillo de este tipo que tenía que ver con la famosa gripe A, en el que poníamos en relación el concepto de enfermedad con la banda norteamericana Slayer; todo muy en la onda de la serie de artículos sobre rock/metal y serie b que venimos subiendo de un tiempo a esta parte. Mi pretensión hoy es, simplemente que disfruten de música a mi juicio muy molona.

Les dejo con 10cc, una de mis últimas alegrías musicales. Por lo que leí se llaman así porque cuando se enteraron que 9 centímetros cúbicos es la cantidad promedio de semen que un hombre expulsa en cada eyaculación, decidieron subir un número más en el contador y ponérselo de nombre a su banda porque ellos son muy machos. Un ejemplo del humor que se gastan estos señores. 

Algunos dicen que hacen art rock, otros que pop progresivo. Yo lo denomino pop con muy buen gusto. Ahí les va un video, bastante cachondo por cierto, de un tema de la banda que me tiene enloquecido y que en mi opinión refleja perfectamente lo que vinieron haciendo a partir de su sexto disco, Bloody Tourists, a la sazón del que se desprende la canción que pongo aquí, Dreadlock Holiday: suave y refinado pop comercial y creo que bien hecho con letras marca de la casa, irónicas y divertidas. Montaría una fiesta sólo por pinchar este tema.

 

 

 


10cc - Dreadlock Holiday
by 10CC

 

 

 

Actualizado: de nuevo cambiamos el video, y volvemos a poner el que estaba en un principio. A ver cuanto dura.

 

Pervirtiendo los cincuenta

Ya comentaba por aquí un servidor el descubrimiento de la vida y obra de Frank Zappa, y el entusiasmo con que he acogido al bigotudo compositor como músico de cabecera. Y es que del trabajo del músico americano se puede sacar de todo, como ya dijimos, y tocó los palos que quiso (siempre con la base del rock), en mi opinión aprobando con nota muy alta.

Sin embargo, es un disco, en la opinión de unos cuantos, menor de la discografía de Zappa uno de mis preferidos del maestro. Lejos de la música serial, el jazz desatado y el progresivismo que impregna muchas de sus obras, el quinto álbum de la carrera del guitarrista refleja una de sus pasiones: el R&B y el doo-wop cincuentero.

Poco después de la grabación de Absolutely Free, la discográfica Capitol decide proponerle a Zappa realizar un disco de musica orquestal. Éste acepta, y aproximádamente a principios de 1967 se marcha, primero a Los Angeles y más tarde a Nueva York, a realizar las sesiones de grabación con un conjunto de músicos de estudio (ya que su grupo, The Mothers Of Invention, se encontraba trabajando por su cuenta en el teatro Garrick, también en Nueva York), sesiones que se convertirían en el disco Lumpy Gravy, el primero en solitario de Frank Zappa. Capitol llegó a editar un cartucho de ocho pistas e incluso comenzó a preparar un single, pero la discográfica con la que Zappa había lanzado todos sus discos hasta entonces, MGM, se metió por medio alegando que Zappa tenía contrato en exclusiva con ellos. El bigotes había pensado que el aparecer simplemente como compositor del álbum, además de la ausencia del resto de los Mothers en el trabajo, le daba derecho a editar Lumpy Gravy con otra empresa distinta a MGM. Al final se equivocó, y la ardua batalla legal con su compañía madre se resolvió a favor de ésta. Finalmente editó el disco, añadiéndole unas pistas grabadas durante las sesiones de We´re Only In It For The Money, saliendo de una vez por todas el disco a la calle en mayo de 1968.

Tras un disco de la densidad compositiva de Lumpy Gravy, pocos podían imaginar lo que pocos meses después del lanzamiento de éste, concretamente en diciembre de 1968, Zappa lanzaría al mercado. Cruising With Ruben&The Jets supone un disco de doo-wop de los cincuenta, pero con ciertos toques zappianos. Leamos al propio Zappa, en su The Real Frank Zappa Book (traducción cortesía de Román García Albertos):

 

 

Hubo un montón de sinsentido en la prensa cuando salió "Cruising With Ruben&The Jets" sobre cómo había engañado a la gente. Oí la historia de que un Dj de Philadelphia lo estaba poniendo como un loco hasta que descubrió que eran los Mothers, y en ese punto lo tiró. El hecho es que todo el mundo sabía que eran los Mothers of Invention porque lo decía en la portada: "¿Es esto The Mothers Of Invention grabando bajo un nombre diferente en un intento desesperado de meter su sucia música en la radio?"

Concebí ese álbum en la misma línea que las composiciones del período neoclásico de Stravinsky. Si él podía tomar las formas y clichés de la era clásica y pervertirlas, ¿por qué no hacer lo mismo con las reglas y regulaciones que se aplicaban al doo-wop en los cincuenta? El oyente no podía pensar realmente que una canción como Stuff Up The Cracks era una canción de 1950 honesta. En términos de timbre, esta justo en el límite (por las partes vocales), pero esos acordes nunca hubieran estado en un doo-wop original."

Como ven, la gente se mosqueó un poco con Zappa. Y eso que los había avisado en la portada...

Cruising With Ruben&The Jets es bastante paródico, pero en mi opinión es también un homenaje en toda regla. Acabamos de ver que el bigotudo músico reinterpretó a su manera los clichés del género doo-wop, pero desde el cariño enorme por el estilo. No hay más que repasar su discografía, sobre todo en directo, para encontrarse con unos cuantos ejemplos más de clásicos de R&B de los cincuenta (o composiciones nuevas del mismo cariz) interpretados con gran convicción y respeto por Zappa y cía.

Me ha enamorado el disco, como digo. Los falsetes, las letras tontas de amor, las armonías vocales (bajo mi punto de vista, un género maestro en el uso armónico de la voz es el doo-wop; precisamente estos días ando escuchando un recopilatorio de ciento y pico temas del estilo que me ha pasado un compañero de foro zappiano y es una delicia oír cantar a esa gente), la base rítmica extrañísima (que, como yo lo veo por desgracia, Zappa cambió por sonido ochentero en su remezcla de discos clásicos para editar en cedé  en su trabajo en el estudio de grabación en los ochenta. De las viejas pistas solo dejó intactas las del último tema del disco)... Sabor auténticamente 50s.

 

Les recomendamos Cruising With Ruben&The Jets no como definitorio de la carrera de Frank Zappa, sino como una curiosísima rareza que, creo yo, es perfecta para llevar en el coche y escuchar cuando no apetece nada en concreto. Al final, te acaba apeteciendo escuchar este disco. Al menos a mí me apetece, claro.

Por cierto, para adentrarse en la obra zappiana les recomiendo encarecidamente que se pasen por la web El 3er Poder, enlazada con placer en nuestro blog y que regenta el arriba mencionado Román García Albertos; es en mi opinión la mejor web en español del maestro.

Portadismo pajil

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Que mi pareja no solo respete mis gustos sino que además comparta gran número de ellos es algo realmente grandioso, ya que no va a censurar que me agencie un libro pajerístico, es más, incluso puede llegar a recomendármelo.

 

Esto viene al caso porque hace un par de días, de paseo por una librería delante de la que abré pasado cientos de veces en mi vida pero a la que nunca había prestado atención, hasta que me acompañé a mi señora a comprarse miniaturas de soldados de ejércitos antiguos (como ven, no es uno el único con pajerez), vi en una estantería un libro que me llamó la atención por su portada: el dibujo de un grupo de serpientes atacando en el agua a un hombre con cara de habérselo hecho encima, todo en un look muy cincuentero. Cristina me comentó que conocía el tomo y que tenía buena pinta, y entre su empuje a agenciármelo y el precio popular consiguieron que me lo llevase a casa.

 

Resulta que cuando le di un vistazo por encima me di cuenta que ya había ojeado el ejemplar antes en la Fnac de aquí, pero lo había dejado correr, muy probablemente porque ya llevaría en las manos tres o cuatro discos y quise ponerme un límite. Men's Adventure Magazines es un repaso a las portadas de las revistas de historietas pulp zetosas Usa desde el final de la década de los 20 hasta el ócaso de los 60. Amén de la historia del desarrollo de este tipo de publicaciones, el grueso del libro lo componen como no podían ser de otra forma una cantidad ingente de portadas de la época, agrupadas tomando como referencia sus protagonistas: animales atacando, piratas, amenazantes extranjeros...es una delicia comprobar la proliferación de nazis malignos (hay una portada sobre Hitler que si puedo, colgaré algún día en nuestro hogar), tías medio en bolas, bichos fuera de quicio y aborígenes cabreados de aquellos entonces, y como digo solo le he dado una ojeada rápida, y unas primeras páginas de la introducción. Y la cosa promete muchísimo. Los textos del libro, eso sí, están en inglés, alemán y francés, cosa que puede echar para atrás a alguien pero que a mí me está sirviendo para repasar y aprender más a fondo el idioma de Shakespeare.

 

Lo edita la casa Taschen, que por cierto, tiene otros tochos en su haber muy suculentos, entre otros uno para mi gusto magnífico que compró Cris sobre cartelería de propaganda china desde los primeros años de Mao, y a unos precios creo que baratos para lo que ofrecen. Las Navidades no están tan lejos como parece...

 

A propósito, la visión de la contraportada del libro confirmó una vez más lo que vine a decir en una ocasión en el para mí imprescindible Blog Ausente: los caminos del bizarrismo son diversos y en cualquier lugar puede surgir una sinapsis; ya saben que de un tiempo a esta parte ando enganchado a Zappa y su mundo; resulta que uno de sus discos se llama Weasels Ripped My Flesh, la portada es ésta, y su origen viene de la proposición del Maestro al dibujante Neon Park de hacer, literalmente, algo peor que esto. Resulta que en la tapa de atrás de Men's Adventure, aparece en letras grandes letras rojas Weasels Ripped My Flesh, y dentro del volumen en sí aparece una portada muy parecida a la segunda que les he mostrado (en el caso de la que aparece en mi libro, la cosa va más allá porque lo que atacan al caballero no son comadrejas, weasels, sino ardillas voladoras. ¿No les entran ganas de irse corriendo a comprárselo?). Y compro el tocho en un momento de adicción zappiana. ¿Se dan cuenta? El pajerismo me habla a través de portadas de revistas y de tíos con bigote que tocaban la guitarra.

Crónica de una Guerra (Z)

 

                                                                     

 

Aunque suelo denominarme amante de la serie z y lo pulp mi acercamiento al género, sobre todo en lo referente a filmes, no tiene verdaderamente la amplitud que quisiera. Bien sabéis de mi melomanía, y siempre suelo caer más en la experiencia sonora que en la audiovisual y/o gráfica. Es algo que llevo queriendo arreglar desde hace tiempo pero al final no me pongo nunca; espero que Cris y yo organicemos pronto esos maratones de películas de los que tantas veces hemos hablado.

 

Curiosamente hoy voy a divagar acerca de una inmersión en el pajerismo zetoso a través del medio escrito, soporte del que todavía conozco menos en cuanto a su afiliación con lo underground. Toda la vida he tenido a mi alcance, por aquello de la afición a la lectura inculcada casi desde la cuna derivada entre otras cosas en visitas medianamente asiduas a librerias, una cantidad ingente de bolsilibros y publicaciones de lo más chungo y freak, pero jamás me animé a coger uno. En primer lugar porque el acceso a un dinero que realmente pueda llamarse mío, lo que implica gastármelo en lo que buenamente me sale de las gónadas es algo relativamente nuevo. En segundo lugar, los monstruos y demás criaturas que son parte importante del estilo siempre me han dado auténtico pavor, y no es hasta nuevamente hace realmente poco tiempo que disfruto con los seres que pueblan las distintas manifestaciones de lo bizarro. En tercer lugar y creo que el de más peso en la ecuación en mi familia todo esto nunca ha sido visto con buenos ojos (sobre todo por parte de mis padres, mis hermanos eran relativamente indiferentes a ello), que se reflejó no solo en que por ejemplo no me dejasen si quiera fantasear con la idea de jugar al rol sino que supuso que mi conocimiento sobre lo concerniente a pajerez se ciñera a las ideas relativas al tema instauradas en el inconsciente colectivo.

 

Quizá es por todo eso que con los años y gracias al acceso a fuentes de información distintas a mis progenitores, hermanos y compañeros más próximos (conocer a peña que gustase de lo alternativo no llegaría hasta bastante más tarde) la atracción por la paja fuera aún más fuerte que para los que tuvieron la enorme suerte de ser educados con o en ella, suscitando en mí el material pajero un interés que ya en su momento era una especie de curiosidad y que devino cuando por fin pude acercarme a él como quise en un cariño muy grande. Es por ello que a lo mejor las próximas palabras os parecen, sobre todo y seguro estoy de ello que como conocedores algo más profundamente del material de este tipo, un pelín exageradas o demasiado benévolas, y del mismo modo en la ignorancia que os he comentado he pasado por alto algún detalle que os parezca reseñable, pero como os he contado mi opinión es producto sin duda tanto del desconocimiento como de la fascinación por la temática.

 

Guerra Mundial Z nos habla, a través de entrevistas con algunos de los implicados en los acontecimientos de la historia, de cómo comenzó, se desarrolló y se proclamó el final de la plaga y el enfrentamiento con los zombies. Desde los primeros infectados en África, hasta la propagación de la enfermedad a escala mundial, los primeros intentos de plantar cara a los engendros y la movilización de todos los países para derrotar a los no-muertos. El vehículo de la narración mediante entrevistas es creo que interesante y aporta en cierto modo un mayor realismo al libro; precisamente bajo mi punto de vista ese realismo es con el que Max Brooks, hijo a la sazón del señor Mel Brooks, ha intentado impregnar toda su obra, consiguiendo en numerosas ocasiones hacer olvidar que habla de zombies.

 

Esa sensación puede ser creo yo un arma de doble filo: a ciertos lectores puede parecerle que el amigo Brooks se ha pasado en su pretensión de realidad, sobre todo en SPOILER la parte del libro en la que un militar cuenta la estrategia que llevaron a cabo para terminar con los como ellos los llamaban zetas, fragmento que más parece un manual de supervivencia real ante un ataque de infectados que ficción SPOILER; sin embargo para otros entre los que me incluyo, y en mi caso particular he tenido en cuenta también que el autor es el mismo de The Zombie Survival Guide, que todavía no he disfrutado pero que se toma el asunto tan en serio que parece, precisamente, real, ese querer contar algo tan puramente pulp y zeta de una manera tan pretendidamente verdadera supone un punto a favor a la hora de digerir la novela.

 

Para mí ha sido fácil creerme lo que Brooks cuenta, porque lo cuenta tan bien y con tales visos de ser auténtico que ciertamente lo parece. Esta obra tiene según mi criterio y sin ánimo de comparar ese toque que hace que las más inmortales cintas de terror clásico (poned aquí la que os parezcan más oportunas) y las historias pulp más interesantes hayan conseguido en los últimos años atraer la atención de la gente: el toque que nos permite pensar en algún momento que eso que estamos viendo/leyendo/escuchando puede pasarnos también a nosotros. Sin embargo, es probable que a estas alturas la proporción de personas que lo pase mal leyendo Guerra Mundial Z sea muy baja en comparación con quiénes podían haberlo hecho hace un tiempo, además de porque somos más viejos porque más que para dar miedo, que no quiero decir que no lo de y sobre todo gracias a eso que menciono de que consigue hacer pensar coño, esa mierda es tan real que esta noche voy a taparme hasta las orejas en la cama, este libro parece más bien destinado a los ya iniciados en el género.

 

Entre otras cosas, amén de que salga gente muerta que anda por ahí comiéndose a gente viva y eso no es del gusto de todos, detalles como que SPOILER se mencione que a los zombies hay que reventarles el cerebro o cortarles la cabeza y no se le dé a priori una trascendencia mayor que esa SPOILER significan que hay cosas que se dan por hecho, que no necesitan ser explicadas y que a nadie les hará llevarse las manos a la cabeza porque ya se tienen en cuenta a la hora de enfrentarse a la novela. El cariño al género que al menos yo encuentro que destila la narración es otro factor a tener en cuenta cuando se evalúa Guerra Mundial Z como un producto para un consumidor definido. El que se haya convertido en un best-seller y sea posible encontrarlo en todas las estanterías es presumiblemente gracias a  la paradójica popularización de lo pop que de un tiempo a esta parte se está produciendo a una escala más o menos importante, así como al boca a boca a través de la Red y a su estilo directo y sencillo (por otra parte creo yo ingredientes estos dos últimos fácilmente identificables en numerosas muestras del género), pero creo que no hay que engañarse: prosa popular o no el tema no es para todos (lo que no implica que en primera instancia no sea universal, en el fondo), no por clasismo sino por simple costumbre de un grupo determinado a la fagotización de según qué producto.

 

Lo más acojonante a varios niveles de Guerra Mundial Z y máximo responsable de esa sensación de canguelo que he comentado anteriormente es que por un momento la humanidad entera se va al carajo por su gilipollez. Es un mensaje que no es nuevo, que incluso alguna que otra vez a lo largo del libro casi se deja caer directamente a la cara y que seguramente no remueva el corazón de casi nadie hoy en día pero que te encoge las entrañas si te paras a pensarlo. El que Brooks haya sido capaz de concebir las consecuencias y secuelas que un acontecimiento de tal calibre producen en el ser humano y plasmarlas en el libro con la ya mencionada autenticidad no ayudan desde luego a quedarse más tranquilo, y hay situaciones que acrecientan esa sensación desagradable de saber que millones de zombies no es una cosa de risa. Yo desde luego era capaz de imaginarme el caos, y desde luego le digo touché al autor.

 

Y es precisamente ese caos y sobre todo la forma en que está plasmado lo que me parece que hace funcionar la novela. Porque es un cataclismo que violenta y provoca reacciones de la forma en que las buenas creaciones de su mismo palo han hecho siempre: divirtiendo. Brooks sabe lo que sus lectores potenciales buscan, porque estoy seguro de que él también es un pajero como todos nosotros, y desde luego se lo da. Es por ello que además de con todas las virtudes anteriores, que desde luego no son algo baladí, Guerra Mundial Z cuenta con la dosis de sangre, humor negro, referencias (sub)culturales y elementos varios que a cualquier hijo de vecino más afín a Mondo Brutto que al Hola le gusta encontrarse. Delicia para el bizarro, que al final casi que es lo que cuenta.

 

 

 

 

 

Principios de zappismo

Hay quien cree que la melomanía no puede convertirse en un vicio, y como opinión es totalmente respetable pero en mi caso no se cumple. Desde muy pequeño he aprendido a apreciar la música, y he tenido la enorme suerte de aprender a escuchar, o al menos a tolerar una variedad bastante importante de sonidos, influenciado por el respeto que en mi hogar siempre se ha tenido a cualquier tipo de ruido salido de un equipo hi-fi; desde la pasión por el flamenco, el cariño a Triana, Dire Straits y El Último de la Fila de uno de mis hermanos, pasando por el heavysmo militante de la mayor de mis hermanas hasta la pajerez excelsa de mi cuñado por el jazz, el blues y el funky. Es por todo esto que podría decirse que tengo una predisposición clara a escuchar música de todo tipo desde siempre. Es por eso que no es de extrañar que a día de hoy, digiera toda índole de discos (numerosa es la cantidad de metal, bien lo sabéis ya todos), y me gaste dineros curiosos en todo lo relacionado con música, y no me duele hacerlo desde luego. Para mí el sonido, la melodía...van más alla que un entretenimiento, que también, y puedo decir con orgullo que ha llegado al punto de la pasión e incluso en muchos casos del interés medianamente académico, que iría mucho más allá si tuviera aún más tiempo y pasta.

Os pongo en situación con respecto a mi apasionado gusto musical para que comprendáis, siempre en la medida de lo posible, lo que vengo sintiendo como amante del sonido desde que me he acercado a la figura de un músico del que siempre había oído hablar pero al que por edad, desidia u olvido nunca me había parado a escuchar y que me tiene loco perdido. No es otro que Frank Zappa. Él mismo se definía como un compositor que casualmente toca la guitarra, y creo que no hay mejor definición para este señor (si bien se le pueden aplicar numerosas definiciones).

Hace un tiempo en el blog La Oreja de Van Halen de nuestro compañero Dani se exponía un breve comentario de sus primeros discos con The Mothers Of Invention e incluso se comentaba alguno en solitario (¡espero con ansía próximos análisis tuyos de Zappa, Dani!), y fue a raíz de ese artículo que me empezé a interesar por el bigotudo. Me pillé un par de álbumes suyos, Freak Out!, y We’re Only In It For The Money, y me los puse a escuchar de fondo mientras hacía gilipuertadas en el pc. Recuerdo que si bien me llamaron la atención no les eché la cuenta que más tarde entendí que este señor merece, y más bien los pasé por alto.

Resulta que hace unas semanas me da por leerme la entrada de Zappa en Wikipedia, y entre otras cosas me entero de que tiene editados más de 70 discos, cosa que me hizo levantar la ceja. Entre esos trabajos había álbumes de estudio, directos, recopilaciones, pseudo piratas... además de discos póstumos, ya que por desgracia el amigo Frank nos dejó el 4 de diciembre de 1993. Quitando alguna recopilación, una cantidad ingente de trabajos discográficos habían salido de la mente del colega, y una persona con esa capacidad creativa me merece un respeto añadido. La cosa es que gracias a mi aburrimiento patólogico en casa me dediqué a buscar todos los discos que venían en Internet, y se me puso en los cojones escuchármelos todos.

Poco a poco lo vengo haciendo (no todos seguidos, no soy taaaan masoquista), y la experiencia está yendo mucho más allá de lo que en principio imaginé. La música de Frank Zappa no es apta para cualquiera, y no lo digo con ánimo de posicionarme por encima de nadie, y a la vez está hecha para todos; ha hecho piezas disfrutables por todo el mundo, ha tocado tantos palos en el sonido (música de cámara, para orquesta, música serial, rock, R&B, jazz, psicodelia...) que cualquier persona que sea medianamente amiga de la música podrá encontrar algún momento, cierto tema, tal tesitura que le molará. A lo que me refiero es que creo que la grandeza, la enormidad y lo acojonante de sus composiciones no serán totalmente apreciadas nunca, ni por mi ni por y sin menospreciar a ninguno de sus más acérrimos fans ninguna persona que lo escuche. Cada segundo, cada momento en su creación es susceptible de sugerir y de significar tantas cosas que jamás nadie podrá sentar cátedra sobre su obra.

Un tío que se reía de todo y de todos, que usaba el humor, la sátira y la absoluta y total subrrealidad mezclada con una crítica a la sociedad, especialmente la americana, de manera magistral. Un hombre que, me cago en la puta, me está enganchando con sus discos como no me he enganchado hace muchísimo tiempo a nada que tenga que ver con lo musical. Alguien que seguramente a algunos no les caiga nada bien, a otros les de mucho por el culo y a otros nos encante, pero que al fin y al cabo estuvo aquí para pasárselo aquí y hacer lo que le dio la gana. A parte de por su abismal genialidad en la música, creo que lo estoy admirando porque siempre hizo lo que le salió del alma. Con un par de cojones como catedrales.

Os recomiendo encarecidamente que os acerquéis a lo que ha hecho Frank Zappa. Eso sí, quedáis avisados: engancha cosa mala.

 

Hasta me da morbillo físicamente. Esto ya es alarmante

Hallazgo musical en concierto

El pasado sábado 10 de mayo sentimos nuevamente Cristina y yo la llamada del metal, que nos congregaba en una sala de conciertos de la ciudad (la Sala Q, recinto que hace poco anunció su cierre por problemas de financión y que de momento, tras ciertas negociaciones con el ayuntamiento que según parece les debía pasta, ha dejado indeterminada su clausura) para asistir a la gira de 25 aniversario de los polacos deathmetaleros Vader.

Si bien a mi novia le mola el rollo extremo, sobre todo las sonoridades más afines al black metal o al death melódico sueco de mediados de los 90 (At The Gates, Dartk Tranquility y cía.), no se puede decir que sea una amante a muerte del metal más cafre como es mi caso; de todos modos es alguien que no dice que algo le gusta o no hasta que lo escucha, por lo que tuvo a bien acompañarme; además le comenté que quizá la propuesta de uno de los grupos teloneros, los griegos Septicflesh, podían atraerla por aquello de que su death metal no era al uso, y si bien no podía decirse que yo fuera el mayor fan de la banda había oído alguno de sus discos por encima y me había resultado interesante las atmósferas que conseguían imprimir a su música, que junto a una variedad musical con la base del metal extremo podía llegar a molarle bastante.

 

At The Gates. La cara no se les ha alegrado hasta ahora, que han cobrado vete tú a saber por reunirse. Ole sus huevos, por supuesto

 

Entramos un pelín tarde en la sala, por lo que del primer grupo, blackmetaleros llamados Inactive Messiah sólo pudimos oír un par de temas, que no nos parecieron mal. Tras ellos, el grupo de nuevo cuño Devian se subió al escenario presentando su último disco; destacable es que dos de sus componentes, entre ellos el vocalista, hayan militado en su momento en Marduk, proyecto muy apreciado entre los amantes de la brutalidad metalera. A destacar el cantante, que aunque daba todo lo que podía iba un poco corto en voz el muchacho. Igual en su tierra Suecia no hay Lizipaina, o es que el hombre anda un poco cascado. De todas formas musicalmente la mezcla de black/death no estuvo mal, y como digo dieron lo que pudieron, cosa que está bonita.

La sorpresa llegó con los Septicflesh de marras. Si digo que sonaron mejor que en disco, más directos, compactos a tope y brutales me quedo corto. Como me decía un colega, es de coña que en la sala, en la que hay varios técnicos de sonido, haya veces que sonando un solo canal ni siquiera se oiga, y llegue un solo tío y haga que eso se escuche como nosotros escuchamos aquello. Pero bueno, no me meto tampoco con los chavales.

 

Foto promocional de Septicflesh. Salen tetas. ¿Qué más queréis?

 

Cambios de ritmo, caña burra, partes lentas de ponerte los pelos de punta, atmósferas increíbles...como que en cuanto acabaron su actuación, Cris y yo nos lanzamos de cabeza cual groupies enfervorecidas a por una camiseta del grupo, que ya habíamos visto cuando entramos y que a pesar de gustarnos un taco su diseño, decidimos escuchar lo que Septicflesh nos ofrecían, y nos ofrecieron uno de los mejores directos que hemos tenido la suerte de presenciar. Yo, como sibarita que soy, me agencié su último trabajo, Communion que vendían allí mismo en edición digipack, con diseños interiores iguales a nuestras camisetas. Si entrais en la web del grupo os cagaréis y os revolcaréis en vuestras heces ante tamaño despliegue de buen hacer. Me emociono tanto que suelto estas barbaridades, comprendedme.

Vader también se portaron y con creces, sonando rotundísimos y dando cera por doquier (acabaron el show con su sempiterna versión del Raining Blood de Slayer, comodín de cara a la audiencia) pero además de que ya los había visto antes el cansacio acumulado de la semana hizo que durante su actuación estuviera un pelín distraido. Mi novia se dio cuenta de que los Septicflesh andaban cerca de nosotros y me animó (incluso yo tengo mis momentos de timidez) para acercarme a su vocalista/bajista para que nos firmase las entradas y el cd, cosa que el colega hizo sin pensar. Es más, no tenía yo boli y el griego se puso a buscarme uno. Eso díselo a alguno que yo me sé, que está empezando en esto, y te manda a tomar por donde se empiezan los cestillos.

 

Estos son Vader. Algún pelo fijo que se le metería en la boca en esa sesión de fotos, y no me malinterpretéis

 

Esta semana me empapado un poco la discografía de Septicflesh y debo decir que me han seguido flipando. Es por ello que os recomendamos encarecidamente que si no os importa oír voces guturales, e incluso sin atraeros demasiado el metal extremo, escuchéis al grupo, especialmente sus dos últimos discos, Communion y Sumerian Daemons, porque estoy seguro de que os gustarán como a nosotros. Si encima podéis verlos en directo, os pediría que os llevaráis papel higiénico por si se os escapa. No es coña.

Imagínate al Papa en chándal

Hay veces que uno va a un concierto y aunque se espere más o menos una buena cosa, hasta que no ve a los músicos subidos al escenario no respira realmente tranquilo.


El viernes noche Cris, nuestro colega Fran (Kiüs para los cientos de lectores que a diario hacéis comentarios en este estupendástico blog) fuimos a ver a los Mamá Ladilla, hermoso grupúsculo en forma de power trío que tocan lo que hemos dado en denominar punk progresivo, y a los que creo que deberíais pegar una escucha si aún no lo habéis hecho. La banda está formada por Juan Abarca, compositor principal de música y letras, guitarra y voces; Ferro a la batería y en fichaje reciente Javi Rojas al bajo y coros. Su anterior bajista, el insigne Llors, abandonó el seno del grupo no hace mucho tiempo, por lo que una vez más vemos un grupo sin su formación original. Es lo que tiene que te molen bandas que tienen en la mayoría de casos 20 años o más.


La verdad es que no nos esperábamos la asistencia masiva de público que finalmente se dio cita en la sala de conciertos, y personalmente me alegró que no se confirmaran mis temores de vernos mi novia, mi amigo y yo allí solos frente a Abarca y cía. en lo que se hubiese convertido en una especie de actuación para VIPs. Como digo, numerosas personas se animaron a presentarse en el recinto por lo que al menos otros seres humanos taparían nuestras voces cuando tocasen temas que no nos supiesemos.


La sala se abrió a las 21:30, y hasta una hora larga después no empezó el concierto en sí, no sé si debido a algún problemilla técnico o a lo que fue una habil maniobra de los madrileños para caldear el ambiente, pues a la que Ferro y sus compinches tomaron el escenario de la Sala Q la gente ya estaba deseando verlos actuar. Tras la pertinente disculpa de Juan Abarca (“perdón por el retraso, y por llegar tarde también”), empezaron a tocar una cancioncilla cuya letra repetía una y otra vez “Imagínate al Papa en chándal”; Cristina y yo nos miramos y sabíamos que el bolo iba a ser una gran experiencia.

 


Los 3 seres que perpetraron el bolo. De izquierda a derecha: Juan Abarca, Ferro y Javi Rojas 

 

Y tanto que lo fue. Javi Rojas y demás se marcaron un conciertazo, en el que sólo hicieron un pequeño parón para ofrecernos algunos bises posteriores. Las primeras filas estaban llenas de gente bailando y haciendo pogo, y en el escenario los Mamá Ladilla se movían muchísimo más de lo que había leído en algunos comentarios sobre sus actuaciones, además de regalarnos de vez en cuando Juan Abarca alguna tontería hablada entre canción y canción. Como la mayoría de sus temas no pasan de los 3 minutos y pico diría que se tocaron unas 20 y algo canciones, entre las que no pudieron faltar Cosas Que Joden, Atente A Tu Tonta Tarea, Janfri Güein o Ataca. En el público no parábamos de cantar y bailotear los temas, que el grupo tuvo el acierto de cambiar ligeramente para el directo, o bien variando los solos o bien haciendo algún que otro medley entre temas. Además nos ofrecieron alguna versión de coña que ya tienen grabada, por lo que aquello fue la fiesta completa. El sonido, además, fue del mamazo. Aunque no nos lea nos gustaría felicitar desde aquí al técnico de sonido del grupo, pues a partir de la segunda o tercera canción aquello empezó a sonar divinamente, consiguiendo una persona algo que en otras ocasiones no pueden realizar ni entre tres. Bien por él.


Lo pasamos del carajo, yo me pillé una camisetaza y un cd y constaté que Mamá Ladilla son actualmente de los mejores grupos que hay en este país. Me quedé con la espinita de acercarme a saludarlos cuando, un rato antes de empezar a tocar, salieron de la sala para tomar algo o cenar, pero me dio reparo ya que nadie siquiera les dijo algo y no era cosa de acercarse a los colegas en plan groupie enfervorecida, aparte de que si por lo que fuese me hubiesen mandado a paseo o les hubiese notado algún gesto desagradable se me hubiera caído un mito, y no es plan oiga.


¿Que por qué está este artículo en la sección recomendamos? Porque recomendamos ir a un concierto de Mamá Ladilla. Otra cosa no sé, pero pasarlo de puta madre está asegurado.

 


Este dibujo es el que está estampado en la camiseta que me compré. Belleza y hermosura. 

 

Es casi una experiencia religiosa (actualizado)

Es casi una experiencia religiosa (actualizado)

 

Las apariencias engañan: no es un juego de Megadrive, es la portada del dvd de una película

 

Estoy seguro de que alguna vez habéís rebuscado entre los deuvedeses que tenéis cerca del Pc y os habéis topado con algo que ni siquiera sabíais que estaba allí. Eso mismo me ocurrió hace ya unas semanas: un disco compacto con el sugerente e identificable título de Cine Pajero estaba tirado en mi escritorio, y por la capita de polvo que tenía encima, todo apuntaba a que no lo había puesto allí recientemente. A pesar de lo que pueda parecer, yo no le pondría a una peli porno ese nombre, además de porque me mola que rimen en su caso, porque aunque mi madre dudo que se extrañe de que me haga pajas (famosa y totalmente verídica aquella conversación entre nosotros: Yo-no he hecho nada. Mi Madre-tú no haces, te las haces), tampoco es cosa de que la mujer se crea de que su hijo es un depravado, aunque a pesar de todo lo sospeche.

Ante el desconocimiento de qué contenía el dividí de marras (que sí, que vosotros también grabáis cedés por aburrimiento, no porque necesitéis lo que estéis grabando, no me miréis así), le eché un vistazo y he aquí que encontré el objeto de este post: junto a otro film que no recuerdo ahora (creo que Bahía de Sangre, película que al final no vi y que me temo que no veré hasta dentro de mucho, porque el fabuloso Cine Pajero se ha perdido como la primera vez) , estaba Santa Sangre de Alejandro Jodorowsky, obra a la que llegué en uno de los que yo llamo paseos culturales por la web.

Tenía la sensación de haber leído que la cinta era buena, así que a las 11 de la noche me dispuse a ver de qué iba la cosa. Y no me arrepiento en absoluto. Me encantó, me perturbó, me asombró e incluso en ciertos momentos me asustó. Pero vayamos por partes.

Santa Sangre cuenta la historia de un muchacho internado en un sanatorio mental, debido a la distinta serie de traumas infantiles que contrajo a raíz de sus vivencias de niño en un circo, cuyo jefe de pista, y a la sazón lanzador de cuchillos, era su padre, y en el que su madre actuaba como trapecista. Debido a la llegada de una nueva trabajadora al circo, que seduce y se trajina al padre cosa mala, y al echo de que la madre del chaval no estaba muy buena de la cabeza (era la cabecilla de una secta llamada precisamente Santa Sangre, que veneraba a una colegiala que había sido violada, brutalmente mutilada cortándole ambos brazos, y posteriormente asesinada), la progenitora del chiquillo lía un cipostio en el circo, con escena muy gore incluída, de cuya visión proceden precisamente los traumas de los que os hablé antes. La historia continúa en la vida adulta del protagonista, pero no quiero desvelar más para que la veáis. O al menos, buscad una crítica en FilmAffinity, que es gratis.

Como toda obra artística, Santa Sangre puede tener muchas lecturas, entre ellas la, digámoslo así y sin ningún tipo de desprecio en este caso, intelectualoide. Cuando digo esto me refiero a la cantidad de símbolos, metáforas y mensajes de fondo que se pueden encontrar en un análisis de la peli: desde la amarga visión del fanatismo religioso, con la mirada puesta en Sudamérica sobre todo, hasta la crítica del celo extremo y el control exagerado de la figura materna, pasando por la desoladora visión de un mundo dividido en ricos y pobres (de extraña belleza y mucho de surreal la escena del entierro del elefante) y tocando incluso el homenaje explícito, en el caso de Santa Sangre, -SPOILER- El Hombre Invisible de 1933 -FIN DEL SPOILER-, a clásicos del género fantástico. Porque personalmente considero que el film de Alejandro Jodorowsky es, por encima de muchísimas otras cosas, un cuento fantástico. Con gore, con un componente surrealista bastante acusado, con sus momentos de cierto canguelo, pero al fin y al cabo un cuento.

Lo que ocurre es que el filósofo chileno se lo monta muy bien, y consigue atrapar al espectador usando recursos tanto estrictamente fílmicos (el uso de la luz en ciertos momentos, el sobresaliente trabajo de los actores y lo envolvente y particular de los escenarios y personajes, grotescos, oscuros y bastante raros ellos) como de guión. Porque conseguir ponerte de parte de alguien, para a mitad de película conseguir que odies a esa misma persona, no es fácil. Que a todos nos cayó bien el Prisionero de Azkaban al final de la peli aquella de Harry Potter, pero que aquí es otra cosa. Y todo esto sin perder el horizonte de que estás contando, como digo, un cuento fantástico. Con un trasfondo absolutamente desolador y oscuro, con sus momentos de terror, pero al fin y al cabo fantasía.

Una historia que por extraña, te atrapa, y estás deseando saber qué coño es eso y por qué coño ese tío hace eso y se comporta así. Conforme llega el final, uno se va dando cuenta dónde se ha metido, y los últimos 40 de cinta minutos son sencillamente acojonantes. El final, aunque un poquito previsible pasado un tiempo de peli, no es por eso más malo. Para mí, simple y llanamente es el final justo y necesario.

Santa Sangre es de esas cosas que las amas o las odias (al menos, eso se da a entender en los foros en los que me he metido), pero que desde luego no deja indiferente. Es que tenía ganas de acabar con una frase tópica. Anda, vedla, que os lo váis a pasar bien.

Actualización: este añadido es sólo para hacerme un poco de autobombo, y es que en el maravilloso blog de La Oreja de Van Halen , amigo, compañero y linkado en esta misma bitácora, podéis leer un artículo que servidor ha perpetrado y que gustosamente Dani ha tenido a bien publicar. Si queréis echarle un vistazo, está actualmente el primero en la web, y tiene por título Chamaleon por NtmeC. Muchas gracias por vuestra atención y a seguir bien.