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Principios de zappismo

Hay quien cree que la melomanía no puede convertirse en un vicio, y como opinión es totalmente respetable pero en mi caso no se cumple. Desde muy pequeño he aprendido a apreciar la música, y he tenido la enorme suerte de aprender a escuchar, o al menos a tolerar una variedad bastante importante de sonidos, influenciado por el respeto que en mi hogar siempre se ha tenido a cualquier tipo de ruido salido de un equipo hi-fi; desde la pasión por el flamenco, el cariño a Triana, Dire Straits y El Último de la Fila de uno de mis hermanos, pasando por el heavysmo militante de la mayor de mis hermanas hasta la pajerez excelsa de mi cuñado por el jazz, el blues y el funky. Es por todo esto que podría decirse que tengo una predisposición clara a escuchar música de todo tipo desde siempre. Es por eso que no es de extrañar que a día de hoy, digiera toda índole de discos (numerosa es la cantidad de metal, bien lo sabéis ya todos), y me gaste dineros curiosos en todo lo relacionado con música, y no me duele hacerlo desde luego. Para mí el sonido, la melodía...van más alla que un entretenimiento, que también, y puedo decir con orgullo que ha llegado al punto de la pasión e incluso en muchos casos del interés medianamente académico, que iría mucho más allá si tuviera aún más tiempo y pasta.

Os pongo en situación con respecto a mi apasionado gusto musical para que comprendáis, siempre en la medida de lo posible, lo que vengo sintiendo como amante del sonido desde que me he acercado a la figura de un músico del que siempre había oído hablar pero al que por edad, desidia u olvido nunca me había parado a escuchar y que me tiene loco perdido. No es otro que Frank Zappa. Él mismo se definía como un compositor que casualmente toca la guitarra, y creo que no hay mejor definición para este señor (si bien se le pueden aplicar numerosas definiciones).

Hace un tiempo en el blog La Oreja de Van Halen de nuestro compañero Dani se exponía un breve comentario de sus primeros discos con The Mothers Of Invention e incluso se comentaba alguno en solitario (¡espero con ansía próximos análisis tuyos de Zappa, Dani!), y fue a raíz de ese artículo que me empezé a interesar por el bigotudo. Me pillé un par de álbumes suyos, Freak Out!, y We’re Only In It For The Money, y me los puse a escuchar de fondo mientras hacía gilipuertadas en el pc. Recuerdo que si bien me llamaron la atención no les eché la cuenta que más tarde entendí que este señor merece, y más bien los pasé por alto.

Resulta que hace unas semanas me da por leerme la entrada de Zappa en Wikipedia, y entre otras cosas me entero de que tiene editados más de 70 discos, cosa que me hizo levantar la ceja. Entre esos trabajos había álbumes de estudio, directos, recopilaciones, pseudo piratas... además de discos póstumos, ya que por desgracia el amigo Frank nos dejó el 4 de diciembre de 1993. Quitando alguna recopilación, una cantidad ingente de trabajos discográficos habían salido de la mente del colega, y una persona con esa capacidad creativa me merece un respeto añadido. La cosa es que gracias a mi aburrimiento patólogico en casa me dediqué a buscar todos los discos que venían en Internet, y se me puso en los cojones escuchármelos todos.

Poco a poco lo vengo haciendo (no todos seguidos, no soy taaaan masoquista), y la experiencia está yendo mucho más allá de lo que en principio imaginé. La música de Frank Zappa no es apta para cualquiera, y no lo digo con ánimo de posicionarme por encima de nadie, y a la vez está hecha para todos; ha hecho piezas disfrutables por todo el mundo, ha tocado tantos palos en el sonido (música de cámara, para orquesta, música serial, rock, R&B, jazz, psicodelia...) que cualquier persona que sea medianamente amiga de la música podrá encontrar algún momento, cierto tema, tal tesitura que le molará. A lo que me refiero es que creo que la grandeza, la enormidad y lo acojonante de sus composiciones no serán totalmente apreciadas nunca, ni por mi ni por y sin menospreciar a ninguno de sus más acérrimos fans ninguna persona que lo escuche. Cada segundo, cada momento en su creación es susceptible de sugerir y de significar tantas cosas que jamás nadie podrá sentar cátedra sobre su obra.

Un tío que se reía de todo y de todos, que usaba el humor, la sátira y la absoluta y total subrrealidad mezclada con una crítica a la sociedad, especialmente la americana, de manera magistral. Un hombre que, me cago en la puta, me está enganchando con sus discos como no me he enganchado hace muchísimo tiempo a nada que tenga que ver con lo musical. Alguien que seguramente a algunos no les caiga nada bien, a otros les de mucho por el culo y a otros nos encante, pero que al fin y al cabo estuvo aquí para pasárselo aquí y hacer lo que le dio la gana. A parte de por su abismal genialidad en la música, creo que lo estoy admirando porque siempre hizo lo que le salió del alma. Con un par de cojones como catedrales.

Os recomiendo encarecidamente que os acerquéis a lo que ha hecho Frank Zappa. Eso sí, quedáis avisados: engancha cosa mala.

 

Hasta me da morbillo físicamente. Esto ya es alarmante

5 comentarios

Milgrom -

Prince es como Zappa, un genio que hace lo que le da la gana y con un talento fuera de toda duda.

NtmeC -

Milgrom: pues fíjate que nunca me he puesto concienzudamente a oír a Prince; el único dato que conozco de su biografía, aparte de sus sempiternos cambios de nombre, es que según muchas opiniones es un músico con un buen par de pelotas bien puestas. Una asignatura pendiente más pa la saca.

Milgrom -

Lo chungo es que hace unos años tuve la misma etapa absorbente que tengo con Zappa, con Prince el enano de Minneapolis.

NtmeC -

Milgrom: a mi me pasa lo mismo con "Stinkfoot", me tiene enganchado como una perra ese tema, sobre todo una interpretación del mismo en directo en 1974 de la que hay video en Youtube.

Milgrom -

A mí me pasó algo parecido a raíz del artículo de Dani. Yo amo Willie The Pimp, es acojonante.