La insoportable pajedad del ser
Todos saben que el domingo es un día pensado para irse al parque con la novia y desayunar churros en el salón viendo Cartoon Network. Como no me ha sido posible ninguna de las dos cosas he optado por ver una peli porno, que quita igualmente el aburrimiento y mata el hambre, en este caso sexual. El argumento de la misma no podía ser más apropiado para el Día del Señor: un cura vicioso llega a una pequeña parroquía situada en un pueblecito italiano váyase usted a saber dónde, y se dedica a follarse a las feligresas más guarronas y a las monjas más salidas, con la premisa de que si no se someten a sus designios hará públicos sus pecados conocidos mediante el sacramento de la confesión. El título del genial film es El Confesionario, más claro imposible.
Resulta que durante una escena en que el simpático ministro de Dios se está tirando a dos monjas, le espeta a una de ellas mientras se la chupa: "divina la mamada, madre superiora". A mí, que todo género de tontería y despropósito me encanta decidí inmediatamente incorporar esa maravillosa frase a mi nick de Messenger, aclarando entre paréntesis que estaba sacada de una porno de monjas.
Nadie dijo nada al principio, y eso puede significar que o bien mis contactos no leen los nombres de otros o que no les interesa la temática de la película. El caso es que al final, saltó la liebre, en este caso el conejo porque la que se dirigió a mí fue una tía (ja ja). Me aseguró entre risas que estaba mal de la cabeza por ver porno de monjas, y tras una de mis famosas contestaciones la insté a que me dejara en paz.
La reflexión que me surge ante las palabras de esa muchacha es la siguiente: ¿a las alturas que estamos, cómo es posible pensar que se es un depravado por ver porno (legal, por supuesto) sea cual sea su temática? Me parece comprensible y respetable que un sacerdote se escandalizara ante el visionado de una peli de este tipo; incluso al principio de ésta se desaconseja el visionado de la misma por parte de personas católicas. Ahora, que una persona que no ha comulgado con los principios de la Iglesia jamás en la vida (y lo sé de buena tinta porque compartimos algún año de estudio en un colegio de curas), y lo que es aún peor, va de progre y tolerante por la vida me dedique tan estúpidas palabras tiene delito.
Hoy en día, que hay porno hasta detrás de supuestos programas de investigación (busquen Teresa Viejo en Wikipedia), no me cabe en la cabeza que una persona con un nivel de estudios superior, que ha conocido a todo tipo de personas a lo largo de su vida (sólo con conocerme a mí ya tiene tela) y que por suerte ha tenido acceso a opiniones y pensamientos de todos los gustos y colores pueda afirmar con esa rotundidad semejante despropósito. Por siempre respetaré a quien no le guste el porno; de hecho reconozco que en ciertos momentos me cansa y prefiero la sutileza de un buen film erótico; igualmente jamás convenceré a nadie para que visione material pornogáfico, pero me parece deleznable decir una tontería de tal calibre. Siguiendo con la lógica que me ha mostrado, no debe bañarse cuando tiene la regla y perderá la virginidad la noche de bodas.
La conclusión que saco de esto es una muy clara: por favor, déjenme que me haga pajas con lo que quiera. Y como siempre digo: si hay gente que se come la mierda, y gente que le gusta verlo...
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Ogam -
Sappy -