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Enetemec

La potra llega cuando quiere, la cabrona

No soy precisamente un ganador en lo que se refiere a juegos de azar, tómbolas, sorteos, cupones y demás; aparte de que no suelo participar en ese tipo de cosas, factor crítico en esas historias, las veces que por lo que sea lo he hecho me he quedado con dos palmos de narices. Sin embargo, anoche la puta suerte se rió un poco a mi costa, y me explico.

Cristina y yo fuimos a una fiesta de Iron Maiden, como promoción de su presencia en el festival Via de la Plata que se celebra el 11 de julio en Mérida, y en el que los acompañaran Slayer (dilato solo de pensarlo), Barón Rojo, la hija de Steve Harris Lauren Harris, Avenged Sevenfold, Rose Tattoo y Iced Earth (también me apetece tela verlos). Durante la fiesta se iban a regalar pósters firmados por los Maiden, deuvederes del Live After Death e incluso alguna que otra entrada para el festival. Mi novia y yo ya tenemos nuestros tickets del concierto hace un par de meses, así que si fuimos fue por ver a la peña, que sabíamos de buena tinta que iban a acudir en masa al evento, y también y por qué no decirlo por si caía casualmente alguno de los otros obsequios que Rafa Basa, el organizador del chanchullo en sí, estaba dispuesto a repartir alegremente.

Llegamos al sitio y después de la actuación de un grupo tributo a The Cult, tributo que estuvo bastante bien, aquelló empezó, con el Live After Death proyectado en la pared todo el rato y con banda sonora de heavy metal, mucha Doncella de Hierro evidentemente pero también más cosillas, que no es cosa de ser cansinos (aunque por allí había peña que como he escuchado decir, parece que no les gusta el heavy metal sino Iron Maiden). El sorteo de los regalillos fue típico: hacías una consumición y te daban un resguardo con un número, de vez en cuando el Basa decía alguna cifra y allí veías a la gente mirando a contraluz su papelito para ver si se había llevado algo.

La primera consumición que hicimos nos dio los números 169 y 170, y el primer número que dijo Rafa Basa estaba por debajo de los nuestros. Cuando de repente pasó al 300 y pico nos dimos cuenta de que no ibamos a comernos mucho en el sorteo de los cojones. La cosa siguió subiendo de números, y cuando pedimos la siguiente ronda y nos dieron los 400 y algo, el colega pasó a enumerar del 500 para arriba; ahí lo vimos claro y desistimos de pedir nada, además de porque no teníamos ganas porque conocemos nuestra suerte limitadísima. Proseguía la velada y de vez en cuando alguien subía a la plataforma donde el amigo Basa estaba pinchando música para recoger su regalo, que alguna que otra vez fue una entrada. Evidentemente los pósters y los dvd se agotaban a marchas forzadas, por lo que aún veíamos más difícil pillarnos uno. Pues bien, ahora es cuanto se da una sucesión de acontecimientos que dieron lugar a la coña marinera.

Con eso de coger el coche ya apenas bebo alcohol, pero ayer Cris llevaba el suyo y pude tomarme una cervecita y todo. El caso es que viendo que los heavys se piraban y que allí estaba todo el pescado vendido, quedamos en irnos; antes de largarnos me quise pedir un cubata. No tenía ganas de refresco, ni de birra, mis venas ansiaban un cubalibre. Remarco esto porque si no fuera por el Ballantines con cola que me casqué seguramente no podría estar contando esta historia, pues lo mismo hasta nos hubieramos ido antes. Total, que con la bebida me largan el consabido número para el sorteo, el 847 en este caso. Se venía anunciando hace un rato por altavoces que se iba a rifar en breve la última entrada del día, y me había pasado pensando desde que me terminé el pelotazo que si me tocase parecería de broma. En estas cavilaciones Cristina me conminó a que esperasemos a el sorteo de la última entrada y nos fueramos. Expectación, Basa se hace esperar...¡puede recoger su entrada el 847!

Me entró la risa. Es mi número, le dije a mi novia. No se lo creía hasta que lo vio con sus propios ojos. Subimos para recogerla y no la podíamos cambiar por otra cosa (recuerdo que ya teníamos la nuestra comprada hace tiempo, somos buenas personas pero no gilipollas), ya que todo el material promocional se había agotado. Así que nada, en el Via de la Plata me paso por taquilla a recogerla y a ver si puedo endilgársela a alguien, porque es una pena desperdiciar un concierto así. ¿Me habría tocado si no hubiese tenido entrada? Yo creo que no. Ya os digo, para una vez que tengo potra en un sorteo... como decía Cris, esto se lo contaremos a nuestros nietos, pero antes a vosostros. ¿Os ha pasado algo así alguna vez? Por un lado mola pero no me digáis que por otro no jode un huevo.

En fin, si nos da algún día por echar los papeles para un sorteo de VPO y nos vuelve a vacilar la suerte, os prometo que en esa ocasión no doy el ticket.

Estoy por echar una sin dobles ni nada

2 comentarios

NtmeC -

Milgrom: la verdad es que es una sensación extraña la que uno tiene cuando suelta una cuchipencia del palo y se cumple; además, no sé por qué ese tipo de historias siempre ocurre in extremis o cuando ya parece que no va a pasar.

Me alegro que una recomendación haya gustado, siempre es un placer compartir gustos, you know.

Milgrom -

Mi querido compañero Maelstrom y yo llamamos a esta clase de circunstancias: El Poder, referido a cada vez que mencionamos alguna chusquez del palo y que luego resulta que se cumple. Hay veces que estamos acojonados y todo.

Me he pillao algo de los SepticFlesh y coño están muy guapos, gracias por la recomendación!!