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Rockeando en Emérita Augusta

Cansados pero satisfechos regresábamos ayer de Mérida, ciudad en la que se celebró el viernes el festival Via de la Plata. Un corto periplo (nos fuimos en la sobremesa del jueves y llegamos ayer sábado a la hora del almuerzo) que no por ello ha sido menos intenso.

 

La peregrinación daba comienzo con un viaje en tren de cuatro horas y pico, tiempo que se nos hizo bastante largo por cierto. Cabe señalar que la via por la que transcurríamos estaba bastante chunga y durante todo el trayecto nos acompañó un traqueteo que distaba bastante del movimiento normal de un ferrocarril. Si es habitual en mí tener ganas de ir al váter en cuanto pongo los pies lejos de mi hogar con tanto meneíto en el puto vagón ya os podéis imaginar qué fue lo primero que hice al llegar al hotel.

 

Tuvimos como acompañante la mayor parte de la aventura a nuestro colega Fran, Kiüs en el mundo bloguero, del que nos sentimos orgullosos padrinos en su estreno en esto de los festivales. Finalmente fue este señor el destinatario de aquella entrada que nos sobraba del famoso sorteo de la coña marinera. Su comportamiento antes, durante y tras los conciertos fue ejemplar, riéndose de nuestras gilipolleces y aguantando nuestras teorías particulares acerca de la calidad de los grupos.

 

 

 

Mientras Cris soltaba las maletas y se acicalaba convenientemente para dar un paseo romántico-festivo-cultural por la ciudad yo me fui con Kiüs hacia la zona de acampada, pues por desgracia cuando nos comunicó que se venía con nosotros de cachondeo todas las plazas hoteleras de la ciudad (y más tarde nos enteraríamos que incluso de algún que otro pueblo vecino) estaban más que ocupadas. Le preguntamos a la recepcionista dónde carajo estaba el Albergue Juvenil de marras y nos indicó una parada de autobús en la que podríamos pillar un idem que nos dejaría cerca del sitio, lugar que según la muchacha estaba un poco lejos.

 

Antes que nada debo decir que la habitación en la que pernoctamos mi novia y un servidor era sencilla pero coqueta, muy limpia y con cierto encanto. Tenia aire acondicionado y televisión, con la que nos poníamos de fondo ¿Dónde estás corazón? antes de dormir.

 

Como decia Fran y yo encaminanos nuestros pasos hacia la parada y al llegar entendimos por qué la chica de recepción se había referido a ella como la estación de autobuses, pues era una pequeña estructura con algunos asientos dentro, taquilla de información y demás en la que paraban todos los autobuses municipales de Mérida menos uno. Al preguntar por allí, nos indicaron que había un par o tres de buses que dejaban relativamente cerca del recinto del festival, pero que realmente estaba lejos. Todo ser humano al que le preguntábamos nos decía lo mismo, pero no nos dejábamos impresionar y pensábamos que las distancias son bastante relativas en ciudades más pequeñas que la nuestra. El conductor nos soltó en una parada en mitad de una urbanización, en la que volvimos a preguntar y de nuevo todos nos decían que nos iba a tocar andar tela. No llevaríamos ni cinco minutos andando cuando un coche pasó a nuestro lado y se ofreció a recogernos para dejarnos en el puto Albergue, al que había intuído que ibamos por aquello de nuestros ropajes oscuros (y porque el metal nos sale por los poros, para qué negarlo).

 

 

Sí, todos tenían razón: la mierda aquella estaba a tomar por el culo. Primero dejamos a Fran en la zona de acampada y más tarde el tío del coche (creo recordar que se llamaba Francisco) me dejó a mí cerca del hotel y se piró, prometiendo que nos tomaríamos unas birras si coincidiamos viendo a Maiden. Acertó cuando dijo que no pasaría.

 

Con la cámara de fotos cerca Cristina y yo dimos un paseo por el centro, vimos entre otras cosas el templo romano que veis abajo y acabamos la noche comiéndonos un par de pizzas bastante simpáticas. Cuando ya nos disponíamos a descansar para el largo día siguiente la aparición súbita de una cucaracha en la puerta de la habitación estuvo a punto de jodernos la noche. Finalmente tuvo que liquidarla el recepcionista del turno de noche, ya que nosotros (bueno, seamos justos: fue Cris, yo soy un maldito miedica) únicamente pudimos bajarla al suelo de un escobazo. La mala cara que se le puso al hombre cuando le dijimos lo que había en nuestro cuarto no se me olvida a mí en la vida.

 

 

Llegó el viernes y tras enfundirnos nuestras botas militares y la ropa de batalla nos encaminamos a una parada de bus en la que paraba uno que llevaba directamente a escasos metros del recinto del festival. Un poco antes quedamos con otros dos amigos más, Ana y César, que venían a su vez con otros dos acompañantes, Sergio y Sebastián. Hermanos del metal y todo eso que dirían Manowar.

 

 

Andamos un ratillo y entramos por fin. Había tres o cuatro barras para la bebida, una zona para la comida (zona en la que sólo nos atrevimos a comer patatas fritas, el único alimento que no había sido asaltado por las moscas. Y no lo estoy diciendo de broma) y una pequeña zona de venta de camisetas. Además del merchandising del festival se habían colocado allí camisetas de Slayer y de Maiden, sorprendiendo a todos los precios de éstas últimas, llegando a costar una camiseta de futbol del Maiden Team 100 euritos. Alguna vimos puesta y todo, no creáis. El escenario muy grande, factor que sobre todo los cabezas de cartel aprovecharon al máximo.

 

 

La primera banda en hacer acto de presencia fueron Ra, grupo danés que practica lo que a mí me sono a Bon Jovi con, y no sé por qué, lo que me parecieron retazos de Edguy. No sonaron mal pero personalmente creo que no aportan nada original al panorama metálico. Tras un descanso cortito salió a escena la hijísima, la señorita Lauren Harris. Y aquello se convirtió en un cachondeo.

 

No digo que nadie le prestara atención, pues ciertamente había un número interesante de personas viendo su bolo. Lo que ocurre es que esos oyentes suponían un porcentaje bajísimo de los asistentes al concierto en ese momento, y ni qué decir tiene que ínfimo en comparación con todos los fans que habían comprado su entrada (conforme pasaba el día fueron llegando más). La gente que no le echaba cuenta estaba comiendo, o bebiendo, o literalmente haciendo el tonto con su música. A cualquier lado que miraras había alguien haciendo el ganso y bailando de forma carajotesca. Nosotros no fuimos menos claro está; que señalemos la estulticia ajena no quiere decir que no la padezcamos nosotros mismos.

 

Bromas aparte, lo comentaba con mi novia más tarde: la hija de Harris es creo yo la mayor perjudicada al ser incluída en giras de este tipo, pues bajo mi punto de vista el público al que podría interesarle de algún modo su propuesta me temo que no era el que estaba congregado en el Via de la Plata. En otros eventos, del tipo Rock In Rio Madrid por ejemplo igual no hubiera desentonado tanto. Es mi opinión. Allí la gente olvidó su actuación rápidamente desde luego (nuestra colega Ana dijo que parecía Hanna Montana).

 

Con Rose Tattoo llegó el rock con un sonido muy cercano a AcDc; no en vano son compatriotas. Al final de su actuación el vocalista le pasó el micro a alguien de la primera fila que tenía la misma voz cazallezca que él, de echo el tío se descojonó cuando escuchó al fan. Diría que los Tattoo es uno de esos grupos a los que quizá no iría a ver expresamente pero a los que no me importa escuchar si tocan en un festival. Tras ellos el metal más moderno vino de la mano de Avenged Sevenfold, banda que no nos hizo demasiado tilín. A mi me dio la sensación de que no saben realmente qué están tocando, y de hard rock con tintes ochenteros pasan de repente a un sonido Helloween con la voz rasgada de su cantante dando caña. Había muchos chavales y sobre todo chicas jóvenes para ver a los Sevenfold pero al resto creo que no nos quitaron mucho el sueño.

 

 

Los siguientes en discordia Iced Earth, al frente de los que estuvo su frontman original Matt Barlow. El amigo Matt tuvo problemas puntuales con su garganta, sobre todo al principio del concierto, cosa que no impidió que se pegara algún agudo de esos que caen bien. Escuchando el estilo del grupo se da uno cuenta que le pegaba tela a Ripper Owens, ya que su estilo se asemeja bastante al de Barlow, pero le dieron la patada. Cosas de la vida.

 

Me puse nervioso esperando a Slayer, y finalmente me dejaron un pelín frío. Me gustaron, pero en ciertos momentos iban un poco a medio gas. Bajaron el tempo de los temas bastante y la comunicación con el público y sobre todo entre ellos es prácticamente nula. Todo esto no impidió mi erección instantánea cuando tocaron South Of Heaven, pero esperaba un poco más. Cansino que es uno.

 

Se notaba que se acercaba el momento de la actuación de La Doncella de Hierro, aquello estaba lleno a reventar. Nos sorprendió bastante la celeridad y la precisión con la que su numerosísimo staff de técnicos, pipas, seguridad... currelaban, un grupo de trabajadores sin los que sería imposible montar todo aquello.

 

Y todo aquello fue increíble: una recreación del espíritu y el montaje de aquel Live After Death con el que tantas pajas nos hemos hecho todos y todas alguna vez en nuestra vida de headbangers. Fuego, pirotecnia, sonido acojonante... cuando tocaron The Rime Of The Ancient Mariner, en la parte más lenta las luces bajaron y empezaron a mecerse como si fueran un barco; en los temas del Powerslave los focos se ponían en forma de pirámide; durante el tema Iron Maiden una cabeza de esfinge con la cara de Eddie se abrió al fondo y una momia Eddie, igualita a la del World Slavery Tour, salió tras Nicko McBrain; más tarde otro Eddie, esta vez el robótico idéntico al de la portada del Somewhere In Time luchaba con Janick Geers y su guitarra. El telón de fondo cambiaba en cada tema: un barco en la ya mencionada The Rime Of The Ancient Mariner, un decorado egipcio en los temas del Powerslave...incluso Dickinson se cambió de ropa un par de veces, pertrechándose en un momento dado con la máscara que Eddie lleva colgada en la portada del Live After Death; totalmente brutal. Un verdadero viaje a los años 80 y a las macro-producciones que por aquel entonces todos los grupos medianamente importantes de heavy metal hacían, y que a día de hoy solo unos pocos privilegiados pueden permitirse. Un verdadero y absoluto espectáculo, desde luego uno de los mejores y mayores que he presenciado en el tiempo que llevo metido en esto. Cristina, que ya había visto a Maiden otra vez más, salió satisfechísima pues en aquella ocasión no llevaban montaje alguno; flipó como todos allí flipamos.

 

 

La organización dejó para el final a Barón Rojo, pero mi novia y yo nos piramos a dormir. No nos perdimos mucho por aquello de haberlos visto ya un par de veces, así que no nos dolió tanto irnos (estábamos pelín cansados). Fran sí se quedó a verlos, luchando contra el cansancio.

 

Madrugón, a coger el tren y de vuelta a casa. Una grandísima experiencia creo que para todos, unos días de asueto que hay que olvidar un poquito (o mejor sería tenerlos bien presente para pasar el trago) y volver al trabajo, al menos el que suscribe. Por último quiero destacar la actitud de la practica mayoría de personas presentes en el festival, desconocemos el acontecimiento de disturbio ni pelea alguna, si bien y como siempre no faltaba el metepatas de turno. Curiosamente y en contra de lo que alguno pudiera pensar creo que todos los metepatas sobrepasaban con creces la treintena, y es que a veces tengo la sensación de que cuanto más viejos más tontos.

Olvidando los pequeños lunares sin importancia que se dieron, ahora ya solo queda el consuelo de nuestro otro viaje a Madrid en agosto, del que os daremos también buena cuenta en su momento. Un abrazo para todos vosotros, hemos vuelto amiguillos.

 

 

 

 

6 comentarios

Gargamel -

Qué envidia me dais todos los que fuísteis a Mérida y no a Zaragoza, como un colega y yo. Si hubiera sido por pereza, por no mover el culo me diría, te jodes, por no molestarte en recorrer 300 Km. Pero llegar hasta Zaragoza para que un amable picoleto con acento maño te diga "se ha suspendido el concierto", y tener que dar la vuelta así, tan de vacío es muuuy deprimente, más si tenemos en cuenta lo única que era la oportunidad.

Gracias por contarnos tu experiencia

Saludos

NtmeC -

Kiüs: Bienvenido nuevamente al mundo virtual; confío en que la pintura haya quedado convenientemente adherida a las paredes de tu casa.

Me alegro mucho que la experiencia haya sido positiva, pues eso significa seguramente que te animes a ir a otros acontecimientos similares y eso mola. La verdad es que hemos tenido creo yo que hasta suerte: el Monster Of Rock/Metalway tuvo que suspenderse por culpa de una lluvia torrencial justo cuando iban a tocar Deep Purple, así que solo pudieron actuar alguna banda antes de ellos y el evento finalmente fue cancelado.

La coña tuya en la acampada bien merecería o una tira de Sito en tu blog o al menos un comentario detallado, porque ahora que lo pienso no sé muy bien de tu periplo en aquel campo de fútbol dejado de la mano de Dios.

Hombre, si te hubieras quedado a ver la actuación entera de Barón hubiera sido ya de una enconmiabilidad superior, pero teniendo en cuenta de que vimos gente que sólo se acercó a ver Slayer y Maiden y ya se iban arrastrando los pies, pues la cosa no está tan chunga.

Kiüs -

Por fin acabada la larga sesión de pintura en mi casa y aquí estoy dispuesto a volver al cosmos internetil!

Pues encantadísimo de haber sido vuestro apadrinado :P en serio, ha sido una experiencia genial, aun sin habiendo dormido separados por muchos metros y un río jeje
Eso de reírme de vuestras gilipolleces no es nada extraño, sabiendo que las mías son del mismo tipo :P
Así que aquí el único que tiene que agradecer soy yo, porque de no ser por vosotros, no reconocería esas fotos(amén de que desaparecerían algunas :S)

En fin, que mereció la pena pasar la primera noche sin luz en la tienda(no me llevé linternas ni pollas avinagrás xD)y la segunda paseando por el río de camino a la estación... Volvería a repetir sin duda alguna ;)

Por cierto, he de decir que no soy tan héroe como puede parecer en el texto, porque el cansancio pudo conmigo viendo a Barón Rojo, y aunque yo me resistía tuve que marcharme a ritmo de: "Estoy solo aquí, yo me voy de aquí". Nunca una marcha estuvo más a huevo.

Pues eso, que a ver cuándo es el próximo jeje

Salud y rock&roll

Milgrom -

El día que me lie la manta a la cabeza se va a cagar la burra jeje.

NtmeC -

Milgrom: Ya nos van quedando menos grupos por ver; teníamos pensado acudir a un bolo de King Diamond hace ya unos meses pero tuvo que suspender la gira por problemas de espalda. A ver el próximo show al que vamos.

La verdad es que este verano los festivales que van saliendo tienen su interés, y es una pena que te los hayas perdido. Otro verano puedes desquitarte y hacer tour metalero por toda España, eso también sería creo yo una experiencia bastante chula.

Lo de la maquetación del blog es lo de siempre: mi ineptitud hace que ocurran estas cosas. Cambiaria la cosa si hiciera un blog en condiciones...habrá que plantearse algo en ese sentido.

Milgrom -

Joer, menuda experiencia. Yo este año me he cagadao varias veces en mis muelas porque han habido festivalazos del copón (Electric, Kobeta, Via de la Plata) y yo me he tenido que quedar en casita comiéndome los mocarrones. Si es que no puede ser. Por cierto, ¿pasa algo raro con la maquetación o es mi pc?